lunes, septiembre 15

Ahora ya no escribo cuentos, ni tacho los días del calendario, ni sueño que estoy preso a la sombra de un jardín vallado. Ahora me paso todas las tardes pensando que el teléfono no arde, que no suena, que no interrumpe la cena, que no arde, que me dice que me largue, que se muere; sálvame tu si puedes.No me susurran ya las fotografías, se apagaron los gritos de su silencio, de su melancolía, ya no más; ya no quiero más sueños. ¿Y cuanto vale el precio?. No paran de llover las nubes del fracaso, disparan las pistolas de la soledad, ya no salgo en la guía ni en la calle de olvidados. Gritaré un poco más, sangrara mi garganta, la pared con mil huellas de mi loca cabeza; 'ahora no puedes entrar estoy ordenando mi casa'.

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