martes, septiembre 9


¡Corre!,dijo la tortuga. ¡Atrevete!, dijo el cobarde. ¡Estoy de vuelta!, dijo un tipo que núnca fue a ninguna parte. ¡Sálvame!, dijo el verdugo. ¡se que has sido tú!, dijo el culpable. ¡no me grites!, dijo el sordo. ¡hoy es jueves!, dijo el martes. Y tu no te perfumes con palabras para consolarme,dejame solo conmigo, con el íntimo enemigo que malvive de pensión en mi corazón. El receloso, el fugitivo, el más oscuro de los dos, el pariente pobre de la duda, el que núnca se desnuda, si no me desnudo yo, el caprichoso, el orgulloso, el otro, el complice, el traidor. A ti te estoy hablando, A TI que núnca sigues mis consejos, ¡a ti te estoy gritando!. A ti que estás metido en mi pellejo, a ti que estás llorando ahi, al otro lado del espejo. A ti que no te debo más que el empujón que anoche me llevo a escribir esta canción. ¡No mientas!, dijo el mentiroso. ¡Buena suerte!, dijo el gafe. ¡Ocupate del alma!, dijo el gordo vendedor de carne. ¡Pruebame!, dijo el veneno. Amame como odian los amantes. ¡Drogas no!, dijo el camello. ¿Cuánto vales?, dijo el gangster. A punto de rendirme estaba, a un paso de quemar las naves, cuando al borde del camino, por dos veces el destino me hizo un guiño en forma de labios de mujer. ¿Nos invitas a una copa?, yo te secare el sudor, yo te abrazare bajo la ropa. ¿Y quién va a dormir conmigo?, ¡ni lo sueñes!, contesto una indignada, y otra encantada, no dijo nada y sonrió.

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